Aquí
les muestro un fragmento de una de mis películas favoritas: “El
indomable Will Hunting”. Video que puede resultar muy interesante a
nivel personal y que se puede llevar a nuestro interés educativo.
¿Quién
representaría al profesorado y quien al alumnado?... Muchos
pensarán: ¡Oh Robin Williams al ser el mayor, debe representar al
profesorado, y Matt Damon al alumnado¡
Pues
desde mi punto de vista, es todo lo contrario. Creo firmemente que el
profesorado tiende a actuar como lo hace Matt Damon al principio de
esa película, como pequeños “sabelotodos” que no luchan por ver
las cosas desde diferentes puntos de vistas o perspectivas, porque en
el fondo creen que siempre tienen la razón y que un alumno/a
(“niño/a-mocoso/a) no puede rebatírsela, ya que al no tener casi
30-40 años (mucha más experiencia según muchos) y no tener una
carrera, NO SABEN.
Sin
embargo, ahí está Robin Williams (nosotros), con nuestra paciencia,
nuestros intentos de demostrar al profesorado que dentro del fracaso
escolar no tenemos nosotros toda la culpa, intentando hacerles ver
que hay más vida detrás de esas paredes, esas clases presenciales,
esas listas para contar la asistencia, esa prepotencia que muchos
tienen a la hora de dirigirse a nosotros y por tanto en muchas
ocasiones esa falta de educación que tanto alardean que debemos
tener, esas prácticas que al final consisten en más teoría y
trabajos (¿o me equivoco? ¿Cuantos de ustedes al leer la palabra
“prácticas” pensó en algo divertido?. Estoy segura que
prácticamente todos/as, sólo que ya desde el primer año nos
acostumbramos al tostón de siempre.), esa manera de engañarnos
diciendo: “La asistencia cuenta”, “El examen es sólo un 20%.
Aquí contaremos los trabajos y la participación”... para que al
final llegues, participes, asistas a clase y si sacas un 4 en el
examen, te catean.
¿Estoy
muy loca? Quizás. Pero estoy harta que siempre hablen de cambios,
que siempre digan unas cosas y luego al final, demuestren todo lo
contrario. Vuelvo a repetir que no generalizo, porque a lo largo de
mi vida he tenido MUY BUENOS profesores, y los sigo teniendo. Pero
eso no quita, que de 10 profesores (por poner un ejemplo), 6 sean
unos incompetentes.
Pero
tampoco voy a echarles
toda la
culpa a ellos (como muchos hacen con nosotros), y
tampoco me voy a obsesionar
con macharles. Y es que, si
quiero que nos escuchen, necesito prestarles nuestros zapatos para
que puedan juzgar nuestro
camino. Y obviamente, como en
el fondo saben que tenemos razón, ellos también pueden prestarnos
los suyos, para que echemos un vistazo a su mundo.
¿Entonces?...
¿Qué se supone que debemos hacer ahora?. Les toca a ellos mover
ficha. ¿O no?