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26 de febrero de 2013

¿Imparcialidad?


26 de Febrero de 2013, mañana misteriosamente soleada después de días de viento y algunas gotas frías.
09:00 a.m. Clase de Equidad. Sueño mañanero. Atenciones momentáneas. Cierto aburrimiento. Vivimos el momento mirando continuamente el reloj: ¡Cuándo serán las 11 para la hora del recreo!, pensamos.
Pero entonces, llega un momento inesperado, un momento que hace que la clase me parezca más llamativa, más productiva; pues me hace pensar y si pienso, luego existo, y eso me lleva a reflexionar, además de pensar en este blog, y con ello trabajar la asignatura de Tecnología.
Así fue, pues, como sonaron en mi cabeza unas palabras que quizás sólo yo escuche, todo el mundo oyó y algunos pocos asintieron, cuando escucharon: "¡Qué daño han hecho las aulas virtuales! Empiezas siendo un/a alumno/a, y acabas siendo un número".
Y es que, se supone que en ellas debe haber imparcialidad (o lo que es lo mismo, carencia de prejuicios). Aunque bueno, siendo concretos, no sólo debería existir esa imparcialidad en las aulas virtuales, sino en todo en general.
Sin embargo, si nos preguntaran si existe imparcialidad, ¿cuántos contestarían sinceramente? ¿cuántos pensarían que lo que realmente existe es el “enchufe”, y la”corrupción en las aulas”?...
La imparcialidad, “se supone” que debería hacer que todos seamos tratados como iguales. Pero seamos sinceros/as, aquí hay más de una persona que piensa igual que yo. Más que imparcialidad, existe un “Consecuencialismo” (Maquiavélico), bastante grande.
¿Que qué es Consecuencialismo?, ¿no se acuerdan? Lo dimos hoy en Equidad, se podría resumir como el hecho de: “No tener en cuenta los medios, si el fin se consigue”. Dicho en otras palabras poco formales: “¿Que más da lo que haga o a quien pisotee, si voy a conseguir mi propósito?”. Quizás me pase de drástica, ¿o no?.
En fin, ustedes dirán, ¿alumnado que lucha justamente o injustamente por destacar y conseguir sus metas?, ¿profesorado con carencia de imparcialidad?, ¿corrupción en las aulas?, ¿o un poco de todo?.


Si, muchos pensarán que estoy loca, otros tantos me darán la razón y otros no opinarán nada al respecto. Estoy intentando hacer un blog educativo, pues trato temas actuales y sobre todo temas que ocurren día a día en NUESTRAS aulas. No pretendo generalizar al profesorado, ni mucho menos despreciarlos, pues soy partidaria de que la culpa del fracaso escolar es culpa de TODOS.
Pero, ya que soy alumna, ¿no está demás meter un poco de caña a ese profesorado del que a veces nos quejamos? ¿o me estoy pasando? :)

Ustedes dirán. No más silencios si nos queman. “Sé tu el cambio que quieres ver en el mundo”. Buen día a todos.  

25 de febrero de 2013

Indulgencia Profesional




Algunas conclusiones relevantes de un informe (visto en la asignatura de Micropolítica) sitúan al profesorado español por debajo de la media internacional en orientación y formación inicial, colaboración profesional y evaluación de su desempeño.
Y es que, a día de hoy uno de los hechos más importantes que se debe resaltar, es que la realidad educativa supone la participación, el interés, el control, y la profesionalidad de nuestras escuelas a través del profesorado, familias, alumnado, etc... y en nuestro país, se hace obvio que está bastante limitada. Así pues, aún siendo esa eficacia bastante limitada, el profesorado español se encuentra satisfecho con su trabajo.

Asimismo, encontramos una observación bastante clara, pues existe una gran contradicción entre la alta imagen positiva que tiene el profesorado de si mismos, y la escasa estima que creen que les tiene la sociedad. Negativa imagen, que se hace visible además en su bajo salario y en el deterioro de sus condiciones laborales. Lo esencial de sus opiniones y expectativas sobre la marcha de un sistema educativo, hacen que en lo positivo, pueda depender de ellos, y en lo negativo, de los cambios sociales, la administración o la familia y el alumnado (haciendo por tanto también responsables a estos últimos).

Así pues, retomando el hecho (tan importante) de que el profesorado de Canarias, tiene una opinión muy alta de sí mismos y de sus “colegas”, ya que consideran que son buenos docentes y que realizan un trabajo de alta calidad y de gran importancia social. Mi pregunta es: ¿Si ellos se catalogan de tan perfectos y satisfactorios y sólo ven negativo su salario, a que se debe tanto fracaso escolar? ¿Es sólo por el alumnado?, ¿por las familias?, ¿por otros agentes?... Creo que habría que ser un poco auto-críticos, y tampoco valorar de más cosas que se saben que no son al 100% perfectas. Opinión mía, claro está, pero apoyada en que algunas de las respuesta a mis preguntas, surgen además de encuestas que demuestran que el 80% del profesorado deriva esa responsabilidad (del fracaso y abandono escolar, de la que hablábamos anteriormente) al propio alumnado y a su familia, a sus actitudes negativas y a su despreocupación por la enseñanza. Resulta llamativo pues, que sólo un 20% del profesorado considere que su ausencia de compromiso o su trabajo inadecuado jueguen realmente un papel decisivo en el fracaso escolar. De ahí mi importancia y enfado, de que apenas la mitad del profesorado encuestado, manifieste que una mayor dedicación suya pudiera mejorar los resultados del alumnado (aún demostrándose que uno de los factores más importantes en los malos resultados, deriva de la experiencia del profesorado y su falta de compromiso).

En definitiva, los centros escolares no están pensados para enseñar o aprender particularmente entre los iguales adultos, sino para conformar el comportamiento del profesorado y el alumnado. Si los profesores no son sistemáticamente preparados para afrontar los nuevos retos y se exculpan de todo fracaso, ni la Administración muestra mayor interés en cambiar las aulas, las escuelas y los institutos, no parece tan descabellado apelar que sigamos conformándonos con ser notarios de las desgracias escolares.

En otras palabras y a mi parecer, si se siguen lavando las manos de esa manera como políticos corruptos, continuaremos como hasta ahora, y seguirán contribuyendo a que nuestra sociedad vaya como va.